Todo sobre el contrabando en Brasil

Para frenar el contrabando es necesario invertir en inteligencia, dice Cardozo

Renata Agostini

El ministro de Justicia José Eduardo Cardozo dice que Brasil hizo una inversión para integrar sus policías, adquirir tecnologías y mejorar el monitoreo de su extensa frontera. Pero el camino todavía es largo, y la principal inversión que debería hacerse es en inteligencia, como la captación de informaciones para usar mejor los recursos disponibles.

Para Cardozo, que recibió a Folha para la entrevista en Brasilia, la gran preocupación es que el contrabando avanza junto con otros crímenes transnacionales, como el narcotráfico y el comercio ilegal de armas.

Folha – Los decomisos de productos contrabandeados vienen aumentando, pero la sensación de la industria brasileña es que la entrada ilegal de productos continúa creciendo. Se trata de un problema que el país enfrenta desde hace décadas. ¿Brasil nunca va a lograr resolver esta cuestión?

José Eduardo Cardozo – Tenemos un problema serio de fronteras. No es algo solo de Brasil. Tal vez no hay ningún país en el mundo que haya podido resolver la cuestión de las fronteras. En los más de 16.000 kilómetros de fronteras terrestres en Brasil, tenemos situaciones de las más diversas: conglomerados urbanos como en Foz de Iguazú, pueblos indígenas, selva en otros puntos. Es una frontera heterogénea, fronteriza con muchos países. Sin contar la [frontera] marítima y la posibilidad de que aviones entren en nuestro territorio. Es un desafío inmenso, tal vez uno de los más grandes que nosotros tenemos en el área de seguridad pública. Hay un reflejo en los crímenes transnacionales: tráfico de drogas, de armas, de personas y también en el contrabando. Brasil viene tomando varias medidas, pero todavía hay mucho por hacer, para lograr no una solución perfecta sino la más adecuada.

¿Cuáles son las inversiones que deben ser prioritarias? ¿Efectivos, tecnología o estrategia?

Un poco de todo, pero tenemos que tener claro que, en una extensión territorial como la nuestra, no puedo resolver el problema si no tengo inteligencia. En la Triple Frontera tenemos el puente de la Amistad. Sabemos que gran parte del contrabando llega por el puente. Imagine si yo parara cada auto que pasa, son miles, uno tiene que saber qué auto hay que abordar y en qué lugar a partir de informaciones. Es en eso que tenemos que invertir. Hoy tenemos el Plan de Fronteras, por medio del cual actúan integradas la Policía Federal, la Policía Rodoviaria Nacional, la Fuerza Nacional de Seguridad Pública y las Fuerzas Armadas. Tenemos que actuar también con las fuerzas de seguridad de los estados que tienen frontera con otros países.

Pero eso todavía no sucede del todo bien…

El programa Enafron [Estrategia Nacional de Seguridad Pública en las Fronteras] transfirió muchos recursos para que los estados equipen a su personal. El avance va a ocurrir cuando dotemos a todos los estados de centros de comando de control integrado, como tuvimos en las ciudades sede del Mundial. Tuvimos una política bastante ofensiva con las policías de otros países fronterizos y las cosas salieron bien, pero todavía hay más por hacer. El mundo es globalizado y el crimen también. Es algo que desarrollamos al punto de hacer operaciones en suelo extranjero. Claro, hicimos eso más bien en la parte del narcotráfico. La Operación Trapecio fue realizada en conjunto con la policía peruana, atacando plantaciones de coca. Invertimos también en tecnología, como son los vants [vehículo aéreo no tripulado]. Adquirimos, para la Policía Rodoviaria Federal, escáneres vehiculares. Muchos decomisos fueron hechos en las rutas con eso. Tenemos claro que la presencia de los efectivos es importante, pero la inteligencia es el mejor camino.

Sobre los drones había una expectativa de que hicieran una vigilancia regular. Hoy eso no sucede.

Los vants son equipos de inteligencia. Permiten acompañar operaciones con más tranquilidad. Puedo detectar un barco en un río y el vant va a medir la velocidad del barco y calcular el punto para poder interceptarlo. Tenemos dos pero hay que adquirir más.

¿En este mandato tendremos inversiones para la adquisición de vants?

Tendremos compra de equipos con tecnología de punta. Pero la cuestión de la frontera no es solo de la policía. Es también social y económica. Hay regiones en las que las bandas atraen a las personas hacia las prácticas criminales porque no hay otras alternativas. Si tuviéramos una política de desarrollo económico y social, con alternativas de empleo, la captación de personas de las redes criminales sería menor. Hay regiones en donde la economía local depende del contrabando y donde podría desarrollar el turismo.

¿Existe un plan en elaboración?

Sí, comenzamos a trabajar el proyecto Beira Foz, desarrollado por Itaipú y la alcaldía de Foz. La idea es transformar la margen del río en un parque con hoteles, restaurantes y miradores. Así, puedo eliminar esos kilómetros de la ruta del contrabando. Son medidas creativas como esa que pueden permitirnos atacar los principales focos del problema.

El Plan Nacional de Fronteras tenía previsto el aumento de los órganos involucrados en el combate, pero en la Policía Federal hubo una caída en el número de efectivos, ¿por qué?

Tuvimos algunos problemas con concursos de la Policía Federal. Hay determinación de la presidenta Dilma Rousseff para que se aumente el personal.

En relación con el presupuesto, ¿habrá una limitación de los recursos para fiscalización?

La determinación de la presidenta Rousseff es la de no dificultar actividades policiales. Entonces, eventuales limitaciones serán obedecidas por el Ministerio de Justicia pero sin que nada sea comprometido de las actividades policiales de fiscalización de las fronteras.

El gobierno lanzó en 2013 el 3º Plan Nacional de Combate contra la Piratería, que también aborda el combate contra la evasión de impuestos. En esa ocasión, el ministerio afirmó que uno de los objetivos era producir información. ¿Fue posible avanzar en esa dirección?

Tenemos un magnífico trabajo de inteligencia que detecta las bandas, que intercambia informaciones con otros países. Hay una integración hoy que no había antes entre las policías. [Pero] la mayor parte de la actividad de seguridad pública es desarrollada por los estados. Una buena parte no tiene sistemas de información y, si tiene, no los transfiere. Creamos el sistema integrado de seguridad pública, el Sinesp, que determina la unificación de la captación de informaciones y la obligación de los estados a que la traspasen.

Buena parte de los cigarrillos que llegan ilegalmente desde Paraguay es producida en las fábricas de Tabesa, de Horacio Cartes, presidente del país. ¿Por qué el gobierno brasileño no toma una posición firme al respecto?

Hemos tenido una buena colaboración con Paraguay. Lo que necesitamos tener en claro es que tenemos que tener soluciones para atacar todas las formas de criminalidad. En el mismo trecho que tengo el paso de cigarrillos, hay también de marihuana, armas. No nos cabe interferir en la soberanía, tiene que haber colaboración, y ya sea con Paraguay o Bolivia ha sido muy buena.

En una entrevista con Folha, el presidente Horacio Cartes dijo que el país esta inundado de productos contrabandeados llegados de Brasil. ¿El gobierno brasileño tiene conocimiento de esa situación?

En la medida que se constaten actividades criminales del lado de Brasil, estaremos enteramente a disposición de Paraguay.